Ayer, al mediodia, estaba sentado en una terraza, bueno en una terraza no, en una silla de una terraza. Me estaba tomando una cervecita (la sexta) y unas papas bravas, más malas y sosas que un bocata de pan rallado, pero bueno con seis birras entra todo.
La musica a tope, gente guapa, también algún orco de tio como yo, niños corriendo (dando por culo a todo el mundo y sus padres pasando y riendo la gracia) pero en general buen ambiente..
De pronto me acecho unas irreprimibles ganas de expeler una ventosidad (desgravarme un cuesco de la declaración, vamos lo que viene a ser un peo de cuatro megatones), despues de un dolor increible en mis lindas tripas. Creo que la ultima cerveza mes sento mal.
Y venia violento, de esos que te dejan el pelo blanco y te baja la tensión. Me puse muy nervioso, rodeado de gente y aquello a punto de levantarme de la silla.
Y se me ocurrió la luminosa idea de tirarmelo en fascículos, al ritmo de la musica.
Dicho y hecho,
» parapurapaappreerpp. »
Guay, descanso del guerrero. Un mareo que para que te cuento. Al borde del desmayo. Aunque recupere de inmediato. Y estaba perfecto y contento de haberme aliviado con tanta discrecion.
Pero me di cuenta que la gente me miraba horrorizada, hasta los niños pararon de correr y pensé, joder que oído, si yo soy musico y se llevar el ritmo como nadie.
De inmediato, al momento me invadió una angustia terrible, me toque la cara y al llegar a las orejas me percaté de que llevaba los auriculares puestos….
Que pena de chico.. Cada dia estoy peor de lo mio.
.
© Javier Sánchez 2018
Jajajajajaaaaaaajajajaa
Me gustaLe gusta a 1 persona