Diez mil vidas, hasta dar con la que me encuentre contigo, en una esquina o en un bar de Bourbon.
Por mil calles, caminante de mil calles, en mil esquinas preguntaré a los ancianos, una y otra vez, una y otra vez, para que me cuenten cómo puedo hacer, para volverte a ver, para volver a quererte, para volver a empezar.
Por los mil mundos y de millones de galaxias, entre los mil tiempos, hasta hallar ese sublime y único momento preciso. Ese momento en el que te vi, en el que aquel hilo eterno nos unió. Te veo.
A mil estrellas rogaré y moriré mil veces, si es preciso, hasta que todo sea como pudo ser y no fue. Hasta que las vidas, los mundos, las calles, las esquinas, los ancianos, los tiempos y las vidas se acaben.
Será entonces, y solo entonces, cuando vuelva a escribir este texto, declarando esta promesa.
Te encontraré. Estés donde estés.
©Javier Sánchez febrero de 2021
2 comentarios en “Ese hilo invisible”