Noche de San Juan, noche de hogueras, petardos y cocas. Vino y limonada.
Días de San Juan, cuando de pequeño por casas íbamos a pedir leña.
-Señora Joana ¿Tiene madera para esta noche?
-Si hijo, pasa y coge las sillas viejas que ya no las quiero
-Señora Juana, muchas gracias.
-Con dios hijo y dale un beso a tu madre.
Noches de San Juan, cuando papá y mamá vigilaban, con la manguera y decenas de cubos de agua para que el fuego no se nos fuera de madre. Ellos, sentados entre vecinos y amigos y nosotros corriendo entre toda la gente del barrio. Y corriendo a buscar a mamá para que nos diera un poco de coca y un refresco.
Noches calurosas, de calor en la cara de la gran hoguera, de petardos que te asustaban y después los reías. Noches de verbenas, banderitas sin malas intenciones, música y gritos.
Noches de San Juan, de esas que todavía tengo grabadas en mi mente. Noches de ver a mis padres riendo con los amigos de la manera más pura que sale la risa cuando el sufrimiento se calma.
Noches de San Juan, como esas, ya no las hay.
© Javier Sánchez junio de 2022
Como recuerdo aquellos años en los que vecinos éramos como una gran familia
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