Él.

«… Soy quien soy, nunca me he escondido, me verás si hacia atrás miras, solo vengo a ver la vida … y a llevarme tu esencia.»

De los escritos encontrados en el año 1995 en las afueras de Salamiyah, Siria

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Cuando estas solo en este mundo, todo el dia paseando de aquí para allá, a veces llega un momento que la gente te carga, te agobia, arrasa con todo y con todos para llegar a ti, aunque estés desactivando una bomba.

Y es que si fueras armao, no se lo que pasaría. De verdad os lo juro por el perro ese atontao que dormía en el techo de la caseta.

Es una larga historia, si os parece os haré un resumen. Es mas cómodo, también es que tengo un horario y tampoco es plan de que este todo el dia de palique contando mis cosas.

Todo empezó cuando cai en la miseria, me cortaron las alas, mis preciosas alas blancas, que me nacían de mis esbeltos dorsales. Que guapo que estaba todo yo con mis pedazo de alazas.

Aquellas alas, oh! Eran preciosas, cuando las movía hacían…. Flasssss, flasssss, flasssss.!! Eran una pasada. Molaban un montón y a las chicas les encantaba. Para dormir la verdad es que eran una mierda oye, porque se me enredaban con el pijama y en la cocina no ganaba para jarras y vajillas, pero llegue a acostumbrarme. Hasta que un aciago día pasó lo que pasó…. Una peleilla con uno que mandaba más que yo. Vamos con el jefazo de los jefazos. Un individuo raro, pero raro, mucha bondad, mucho bla, bla, bla y el triángulo ese en la cabeza con el ojo, que le quedaba fatal. Y como no me puedo callar pues se lo dije.

– Oye jefe el triángulo ese te queda muy fatal, pareces un picoleto y encima con un ojo en todo el medio, das miedo.

Pilló un mosqueo que pa’que te cuento, unos truenos y unos rayos que, oye, parecía el Thor ese del martillo raro.

Y nada pues que me corto las alas y me echo de la oficina y de la empresa, sin finiquito ni nada. Que mala persona oyes.

Mi nombre es Reficul y he andado (como ya he mencionado que ya no tengo alas) por las calles de este mundo tanto tiempo que ya llevo comprados más de diez mil mil quinientos zapatos. Calle arriba, calle abajo. Una ruina por cierto. El Corte Inglés es carísimo de la muerte, y mis dietas no me dan para tanto, ahora me los compro en los chinos, duran menos, pero son mas baratos. Por cierto, eso me recuerda que he de pasar los gastos de este mes. A ver cuándo me los pagan.

Esto de la calle es mas duro de lo que pensáis, siempre dando vueltas por ahí, un coñazo de veras. Hay días que estoy mas agobiado que un electricista en un charco de agua. Un horror oye. Os cuento, solo un poco, no quiero molestar mucho. Tampoco tengo mucho tóner.

Por ejemplo: Y esto me ha pasado mas de una vez. Estoy en casa, vas a salir, que has quedado con una chica, y hace tres meses que no sales, solo trabajo y trabajo, ni a por agua, te amorras al grifo y listo. Cuando venga la próxima pandemia os vais a enterar.

¿Vago?, No
¿Nadie te llama? Si

Y viene un dia a casa, el plasta de tu «amigo» Jose Luis, que se ha apuntado a salir contigo, treinta y nueve años, negro (perdón, de color), vive con sus padres, metro ochenta, guapo, no trabaja, jugador de un equipo de futbol de quinta regional y nunca tiene dinero. Y ahora es tu más mejor amigo. Un imbécil, no lo aguanto, un dia me comeré su cerebro.
Pues eso, ya estoy todo repeinao, con mi chorreón de colonia, Barón Dandy, es que hace mucho que no salgo, como ya he dicho. De veras. Fíjate si hace que ayer baje a comprar pan, por casualidad, es que se me acabó el que tenía congelado del año 2007, y me acerque al bar y pedí una Mírinda. Un refresco.

– El camarero, un tío de mas o menos de unos 50 años, me dijo entre carcajadas.

– ¿Usted hace mucho que no sale no? , La Mírinda hace 30 años que no se fabrica aquí.

Me quede a cuadros. No lo sabia oyes. Cachondeo general en el bar. Tenia que haberlos fulminado a todos. Estúpidos. Después me enteré que hay partes del mundo que existe todavía. Que ineptos que son.

Pues eso… Que ya preparado, busco las llaves del coche. Al rato de buscar como un cabrón, siguen sin aparecer las putas llaves del coche.

A esto, mi amigo…. sentado en el sofá, todo abierto de piernas y leyendo el muy interesante, que dentro hay el Penthouse, que parece que se ha caído del techo, el listo, te suelta:

– No te preocupes «siempre está en el último lugar en el que miras».

– Nos ha jodio mayo que no va llover a tiempo, vamos José, oye, (Por cierto ¿ tiene nombre de un carpintero, verdad? ¿que curioso no?, yo conocí a uno, pero traspasó la carpintería, porque tuvo un niño o algo asi)

Este tío es tonto, donde las encontrare si no, pues en el ultimo lugar donde busque y encuentre. Que yo, parezco tonto, pero solo lo parezco. Que piensas, que cuando las encuentre («en el ultimo lugar») voy a seguir buscando. Siempre he pensado que a esa frase le falla algo.

De verdad que hay gente más simple que el salpicadero de un patinete. Y mira que he visto, gente, no patinetes. Por ejemplo.

Otro: Estas en la parada del bus, a veces lo cojo para juntarme con la chusma, a 35 grados y 90% de humedad. Muerto de calor y con ganas de matar a alguien. En tus sueños, estas pensando en cómo pegarle fuego al autobús con todos los directivos de la compañía dentro. Esto te alivia, aunque te calienta y te da más calor y por ende (que no se lo que es, pero lo pone mucha gente que escribe en libros y los raros estos de los blogs, gente extraña ande las haya) sudas más, y te empieza dar asco todo. Bueno pues de pronto entre el sonido de las cigarras, se te acerca el típico tonto la haba.

.- A pasado el bus ???

.- Pues no, no ha pasado. ¿usted se cree que yo estaría aquí si hubiera pasado ? ¿Usted cree que me gusta ver como pasa el autobus y no coger ninguno.? Llevo aquí 45 minutos caballero. O avatar. O lo que usted sea. Y aquí no han pasado nada ni nadie.

– Oiga es usted un poco borde no?

– Si, lo soy. Hace ya mucho…. No lo sabe usted bien.

No se, mmmm… otro:

Los atacantes esos, que vas por la calle y te enseñan un papel con una dirección ilegible, que parece que lo ha escrito un niño egipcio de primaria y te la planta en toda la cara. Pero a dos dedos de la nariz.

– Usted sabe donde está esta dirección de este hotel??

.- Mire señora, no se quien le ha escrito esto, que debe de ser marciano mas que nada por la inclinación de la letra, porque de este planeta no es. Eso se lo aseguro.

.- Es que un señor, allí abajo, me han dicho que esta por aquí. – Dice la señora –

.- Seguro señora, pero dígaselo al cabrón que le ha enviado hacia aquí, que se estará descojonando en la otra esquina. Porque yo no entiendo lo que pone, ni se donde esta. Ni el que la ha enviado aquí tampoco.

Hay que ser cabrón y enviar a alguien a un sitio sin saber y así te lo quitas de encima.

– Mire, sabe, vaya por esta calle, todo recto y la tercera a la derecha y pregunte por allí.

Le dije para quedar bien, aunque no tenía ni puta idea… Pero asi la señora hace deporte, que esta gorda. La dejas atrás y ves como ataca a otro transeúnte. A ver si tiene suerte y sabe leer marciano.

Hay muy mala gente por ahí. De verdad.

Uno de los peores casos, El plasta mañanero, en el bar.

Estas tomando tus churros, las dos magdalenas, un cruasan y tus dos donuts, con tu café con leche con sacarina. Hay qué cuidarse.
Y el de al lado te empieza a contar su vida, pero no el típico. .. «Ayer me pasó tal y tal», no que va, que va.

Empieza a contar que es de un pueblo de Tarragona, de interior, que está a tomar por culo de la civilización y que nacio allí hace cincuenta años y que lo pasó muy mal.

– Y yo asintiendo, todavía me quedaban los donuts.

Y el pavo dale que dale…

Al rato ya explote, con la boca llena de donuts.

– Joder tío que son las ocho de la mañana, me estoy tomando un tentempié ligero y tu me estas contando tu mierda de vida, con cariño te lo digo, pero joder, es que me van a sentar mal las ensaimadas de sobrasada que me van a traer. Y soy una persona muy amable y comprendo todo lo que me explica, gentuza como tu, pero oye mira, vete a tomar por culo ¿No?

Me encanta ser amable con la gente que lo necesita. Es algo innato en mi persona. La comprensión y la empatía es maravillosa. O eso creo. O no, no se.

Todo esto que os he contado, es una pequeña parte de lo que hago, cada dia, dia a dia, semana tras semana, bueno y ya sabéis como sigue.

La personas, algunas, casi todas, bueno todas, tienen un punto negro, escondido bajo esa marca de buena persona. Todos tienen ese punto que puede ser un instante o ser algo constante. De hecho las almas son tan dúctiles que varían de bondad a maldad y viceversa, pero hay humanos que nacen con la maldad grabada o se van haciendo poco a poco.

Es tan complicado esto de la maldad, que después de miles de años no he llegado a interpretar si la maldad es ausencia de bondad o la bondad es la ausencia de la maldad. La verdad es que no lo capto muy bien, y contra mas tiempo pasa, me va a peor. Ahora me estoy medicando para ello.

Y yo, un servidor, el que os habla, se dedica a localizar esos puntos negros, esas almas extrañas y vigilarlas. Para proceder, a lo encomendado.

Como ya dije mi nombre completo es Reficul Sánchez, no soy de aquí, me enviaron desde sitio lejano, ciertamente no procede explicar de donde vengo, al fin y al cabo, unos lo entenderían y otros, no

¿Extraño nombre? Si,

¿Tiene importancia el nombre? Mucha, hay que fijarse.

Pero vamos que vosotros mismos. Tampoco es para tirar cohetes. Hay peores nombres, por ejemplo Adolf, Benito, Francisco, Sam, Stalin, Aznar, Putin, Abascal… Aunque, posiblemente, carece de importancia el nombre, como ya habréis adivinado. Lo que hicieron, hacen o harán si lo tiene.

Andar por las calles tanto tiempo, solo, con mi hatillo, o con mi traje negro, es duro, muy duro. Sol, frío, lluvia, nieve, curas, hare krisnas, gente, mala gente, buena gente, no se… de todo.

Pero estudiar las almas de la gente es un trabajo muy cansino. En tiempos cuando me destinaron aquí, allá por el 1975 no entendía gran cosa. Se había muerto un viejo de uniforme, que por cierto ya había visto por la oficina antes de venir aquí, se ve que era el que mandaba entre tanta gente. A mi me caía bien, pero todo el mundo decía que era un joputa.

Bueno no se, allá ellos, yo le di mi tarjeta y se fue. Creo que a estas alturas ya sabéis quien soy y a que me dedico.

No vendo aspiradoras, voy por la calle captando almas, las malas, trabajo a tiempo completo en una empresa, propietario y socio único y fundador, llamada, PABAJO QUE VAS S. C. C., (Sociedad Cooperativa Civil). He tenido que despedir a varios captadores, porque se han contagiado de una especie de virus y se han metido en política, y, como os digo, estoy en el puesto de captador de gente mala, pero mala de la muerte.

A dias trabajo a jornada completa, casi veinticinco horas y hay dias que no hago nada, en diciembre, a finales, todo el mundo es bueno, a excepción de algún profesional de la maldad, que ya me va bien, por que es un mes muy flojo y no llego al objetivo. Pero vamos algo pillo.

Pero bueno, que trabajo no me falta. Y ahora, joder, es que de un tiempo a esta parte, nunca, nunca, en mi larga existencia había visto tanto cabrón suelto, tanta maldad, avaricia, desdén, mentira y falta de humanidad, hay más, pero, no se, por poner algo.

Y realmente, hasta hoy no me había sentido tan mal. Realmente estoy asustado. Y es difícil que me asuste. He visto mucho. Pero realmente, si yo estoy asustado. Pensad. Pensad.

No van a caber allí abajo…

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© Javier Sánchez septiembre de 2022

3 comentarios en “Él.

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