En la habitación del hospital, de visita a mi tío.

Os quería contar que esta mañana he ido al hospital de «La poca Esperanza», pues mi tío segundo por parte de mi hermanastro por parte de padre, Antonio Carlos Sánchez de la Loma, se llama el tío, camionero de profesión, está muy malito, tuvo una «crisis gravís de pitiriasis por trauma», vamos que tuvo un ataque grave de caspa pero de la grave oyes y ahora está en coma inducido, intubado y con respiración asistida, como la dirección de los coches. Y os preguntareis. ¿Cómo puede estar en coma por eso?

Pues sucedió que mi tío postizo iba por la Avenida Diagonal de Barcelona conduciendo su camión y de repente por su derecha le rebaso un tío con un ala delta y se metió una leche con otro que iba cruzando la calle y no le dio tiempo a frenar y se metió una leche con otro camión, del golpe se le cayó toda la caspa acumulada del día y padeció hipoxia y eso que se lo llevaron al hospital y aquí está. Y no sabemos más pues los maderos no pudieron terminar el parte del siniestro porque se les acabo la tinta del bolígrafo (a los dos que iban en la patrulla) y estuvieron mucho rato mirando todo detenidamente para acordarse luego, pero creo que no lo sabremos nunca.

Y yo estaba sentado en una esquina de la habitación, al lado de otro señor que le había atropellado un ala delta, en Avenida de la Diagonal de Barcelona ¡Un ala delta en la Av. Diagonal de Barcelona! que ya tiene cojones, tienes que ser un gafe que te mueres, nunca mejor dicho. Pues el hombre tiene rotas las dos piernas, los brazos, tres costillas, la mano derecha y un arañazo en la cara, dice su compañera que es lo que más le duele, el arañazo, yo alucino con el pavo este. Vamos, oye, un gafe de libro. Mala suerte sí que tiene. Bueno, si lo piensas bien, todo lo malo que tiene es que salió rebotado y le pasó por encima dos camiones y una bicicleta, la bicicleta es la que más le lesiono pues la llevaba un tío de metro noventa y ciento sesenta kilos de peso y con el cable del freno de la bici le araño toda la cara. Es lo que tiene ser gafe.

Mi primo postizo en un momento dado me dijo que iba a un recado al bar, vamos que se piraba de allí que estaba hasta los mismísimos, es lo que tiene, los familiares en coma no tienen mucha conversación y que si me podía quedar un rato con él. Por supuesto le dije que sí, soy una persona muy amable y simpática a pesar de ser un asesino en serie. Pues allí estaba yo, sentado en un sofá revienta culos del hospital, vigilando a mi familiar…, bueno vigilar lo que es vigilar no estaba vigilando, la verdad es que estaba jugando con el móvil al tetris y oyes, que me he quedado sin batería.

-Joder, lo que me faltaba.

Me he puesto a buscar un enchufe y después de un rato he visto uno, que creo que estaba la tele enchufada, pero como estaba apagada, he pensado, oyes pues de igual, uno está en coma y el otro no se entera de nada y lo he quitado y acto seguido he conectado el móvil, he seguido jugando al FIFA 2001 y a los diez minutos el gafe ha empezado a respirar mal, oye que mal rollo, a ver si se va a morir aquí, a mí me da algo con lo aprensivo que soy. Y a cada minuto iba a peor. La mujer llorando, el niño llorando, mi tío llorando y eso que estaba en coma, el técnico de las lavadoras que pasaba por allí también llorando y un señor vestido de negro, que estaba en la otra esquina de la habitación, que no había visto hasta ahora, con una capucha y una guadaña, también llorando… y de pronto ha entrado la enfermera corriendo.

-¿Qué pasa? ¿Qué pasa? Ayyy madre mia que no respira. ¡Pero bueno, quien ha desenchufado la máquina para respiración asistida!

¡Hostias! Mi inteligencia superior a la media se dio cuenta que el gilipollas había sido yo. Rápidamente, quité el cable de mi teléfono y lo he intentado tirarlo por la ventana, pero en los putos hospitales de este país no las abren jamás y ha caído encima de la cara del gafe. La enfermera ha dicho:

-Pero mira, pero bueno, pero si es un cable de cargar móvil!! Es que no me lo puedo creer

Y le he dicho:

-Hay que joderse la gente es que no mira nada, pobre hombre. Con lo bien que estaba, con su tubo,  sus yesos y  su todo, es que no somos nada.

La persona de negro se estaba meando de risa y me ha dado una tarjeta y me ha dicho.

– Llámame, haremos negocio.

– ¿Qué?, Vale. Bueno oiga, que eso señora, que no sea nada, que sea una horita corta si eso, que me voy a hacer pipi… y a hora vengo si eso, Joder, joder, joder.

© Javier Sánchez febrero de 2023

2 comentarios en “En la habitación del hospital, de visita a mi tío.

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