De un tiempo a esta parte, he hecho como unas doscientas entrevistas, no me han cogido en ninguna, es realmente desesperante, en todas me echan antes de empezar a currar e incluso antes de acabar la entrevista. Y todavía no lo entiendo, no captó que hago mal. Os cuento de qué va y lo que me pasó en la última…
Entré en la sala de espera de aquella oficina toda llena de títulos y cuadros abstractos, de esos que hay dibujado un punto y el precio ronda los 200.000 €.. Y digo «el precio», el que le ponen los «que saben» no es que lo valga ¿Eh?
Había entregado un CV (currículum vitae) en aquella empresa hacia un año y medio por lo menos, el cargo por el que me habían llamado era de «Accounting advisor», vamos en idioma menos gilipollas, «Asesor contable», el conocido como «el numeritos» de toda la vida.
Todo esta situación viene de que estaba y estoy en paro e iba asiduamente a la oficina de empleo, donde había un funcionario que le llamaban «el cursillos», esta aventura, la de aquella catástrofe de búsqueda de empleo, la cuento en mi famosísimo «Best Seller Bloguer Award» (o como se escriba) de este mismo blog llamado «Buscando trabajo».
Pues eso, que «el cursillos» me indico que hiciera un curso a distancia de contable para empresas y lo hice. Fue agotador, porque lo que yo no sabía es que el puto curso iba de números y cuentas y más numeros de cuentas, un mareo constante. Joder, yo pensaba que era para contar cosas en empresas, para relatar cosas, cuentos y todo eso. Vamos lo que hacen los coach estos, que te lo venden todo de color bonito, pero claro, todo es si te esfuerzas y trabajas 10 horas al día por 1000 €, tu también llegarás a tener un yate de 80 m de eslora y tonterías de esas, en la siguiente vida claro. Pero no, era más complicado, bastante más complicado, luego si me apetece os lo cuento. Que seguro que será que no, más que nada porque soy muy vago y por eso no tengo un yate (sarcasmo). Si eso, ya sabéis, lo leéis en el presente blog, no la dejo el link porque me da palo, buscadlo.
Pues terminado el maldito curso me eche a la calle a entregar CVs por todos los sitios. Entregaba en los puntos de venta de la ONCE, en charcuterías, hasta en las oficinas de los ministerios, que me echaban a patadas, por cierto, se ve que allí esto de que les lleves la contabilidad no les sienta muy bien. Sobre todo en Obras Públicas. Que curioso
Pues como os decía, que me llamaron de esta empresa, la empresa se llamaba «Sausages Sánchez and Brothers», vamos «Salchichas Sanchez y hermanos», pero es que en inglés mola más. Y aquí estoy, en la sala de espera, esperando.
– Señor Sánchez, Javier Sánchez….
Mira ya no espero más…
Y pase al despacho del pavo de RRHH (Recursos Humanos) , que suena a ONG pero todo parecido con la realidad es pura coincidencia.
– Pues tengo muy pocos defectos, señor, y muchisimas virtudes. Soy responsable, emprendedor y me gusta, sobre todo, el trabajo en equipo. – Le dije al pavo que me recibió con la desgana de un cazador de mejillones.
Un tío flaco con el pelo engominado, José Serapio Buendía, que manda cojones con el nombre. Alto, gafapasta y una vocecilla de esas como cuando te pillas un dedo con un cajón de la cocina, como muy gritón, no acompañaba a la.envergadura del individuo. Vamos de esos tipos que le dabas un guantazo, así porque si.
– Muy bien eso nos gusta.- me dijo el largo –
Y le contesté estoicamente, que no se lo que es pero lo he leído a un bloguero de estos que sigo.
– Si, es que así le puedo echar la culpa a los otros. Pero soy una persona muy seria, formal y me ducho casi siempre.
– Hombre lo de echarle la culpa a otros no es muy de trabajo en equipo ¿No cree?
– Como que no, mire, es como el fútbol, si te viene un defensa grande, de esos de dos metros, así como usted pero bien hecho, que te va a partir por la mitad si te coje, ¿Que haces? oye pues se la pasas a otro. Pues eso, trabajo en equipo. Tampoco es tan difícil de entender oyes. O es que entre los jugadores millonetis del fútbol está permitido y entre la chusma no.
– Bueno , ehem, vale, joder nunca me lo había planteado así… Aquí dice que estuvo en la universidad de medicina. Muy bien, alguien con conocimiento sanitarios nos iria…
– No, no, no, jajaja, no es así. He puesto que estuve, no que hice la carrera, se me hizo muy cuesta arriba, es que me desmayaba con la sangre y los muertos me dan miedo, yo quería ser médico de la seguridad social, los de las recetas y todo eso, pero no me salió bien.
– Vaya tela oiga, menudo elemento está hecho usted
Me dijo el gafapasta mirando el CV de nuevo.
– También me indica que ha sido usted, reponedor en Mercadona, profesor de «Filosofía y economía sumergida, detective privado, calibrador especialista de lentejas… ¿Joder eso qué es?
– Pues mire, yo trabajaba sentado en una línea y miraba las lentejas que pasaban por la cinta y las grandes las quitaba. Es que tengo vista fotográfica oiga.
– ¿En serio? No me lo puedo creer…
– Noooo, es broma, no tengo vista fotográfica. La verdad es que no hacia nada, eso sí, me mareaba con tanta lenteja pasando, fue un enchufe de mi cuñado, pero me echaron por falta de productividad o algo así.
El gafapasta ya no me escuchaba, leía mi denso CV. Se tocaba las gafas con las manos temblando.
– Manda cojones, vaya tela.
Hostias! Madre mía, aqui en una esquina me ha dibujado un pene, honbreeee un poco de decoro.
– No se que significa eso de decoro, pero es que también soy pintor. Me nace asin oyes. Pinto cuadros, paredes y en folios. En cualquier momento. Es como un trastorno que tengo, mire usted, ahora mismo le dibujaba unas tetas en la frente, pero me contengo, soy buena persona.
El largo alucinaba, se me quedó mirando y me dijo con calma.
– Mire, larguese de aquí antes de que llame a la policía o peor, a mi suegra.
– Me voy, pero por qué yo quiero. Que desagradable y malahe que es usted.
Y me fui, tal y como entre pero al revés, me fui a casa a llamar a otra empresa, es que me he dejado el móvil. Y a pensar el porqué me echan de todas las entrevistas.
© Javier Sánchez mayo de 2021