Señoras y señores, niños y niñas, personas y políticos. Blogueros todos, escritores y dibujantes.
Vamos a iniciar una serie de crónicas sobre “Lugares increíbles de la tierra” es una prueba que pretendo hacer, los lugares más alucinantes al alcance de todo el mundo.
En este nuestro mundo hay sitios increíbles, la selva del Amazonas, las cataratas del Niágara, las de mi abuelo, el rio Ganges (la parte de la montaña, la de abajo esta llena de mierda), una gasolinera, una tocineria en Marrakech, la autopista AP7, una gasolinera, una tienda de pelucas, etc. Pero hay un sitio, que a mi me alucina de veras, es el supermercado, los supermercados son alucinantes y ajustando mas, la cola del supermercado.
HOY:
EN LA COLA DEL SUPERMERCADO
En este sub universo, en ese sitio alargado y bifurcado, como los peajes de las autopistas, en estos sitios. Pues en este microcosmos, esta “La cola del super”, la cola para pagar, la de: Joder me estoy meando, joder como me duelen las piernas, Joder que cajero mas lento, joder se me olvido coger los siete kilos de patatas y cualquiera sale de aquí ahora, etc, etc….
(me encantan los etcs, porque así no pienso y pensáis vosotros.)
Aquí es donde se desespera el que tiene prisa, por que, el atontao, se ha dormido en el sofá, a media mañana, pensando que “será una ratito” y se ha metido entre pecho y espalda lo que en España conocemos como una siesta de pijama y orinal o la siesta del carnero, de tres jiras. Y pasaz que se le olvidó de bajar a comprar la bolsa de pipas y una Coca-Cola, (por cierto que miserias y que rata), que las necesita para ver la peli de la tarde, que seguramente será una mierda y se volverá a dormir con las pipas en la boca y la babilla cayéndose por la comisura de los labios, que vergüenza y que deterioro de humanidad. Y es que allí, en esa cola, allí esta el que se descojona, porque va delante y tiene la compra de la semana, con el carro lleno, petao, que ha tenido que poner unas cuerdas por que si no se le cae todo al suelo, vamos como si fuera a invadir Andorra. Más conocido como YO. Jajajajajaja. Perdón, no he podido evitarlo.
Este último individuo, o sea yo, está pensando: – se te van a caducar la pipas, porque delante mío hay tres invasores más, y yo la película de esta tarde ya la he visto… Me meo toa. Y sigo pensando para mis profundos adentros, ¿y si le explico el final y ya le jodo el día total.?. Nooooo, no soy tan cabrón.
Bueno si, ya, ya se que es ser un poco cabrón, pero la vida es dura en el súper y en la cola del supermercado, mas dura, si todavía.
El súper y su infierno privado, la cola, es una guerra fratricida a ver quien se cuela, quien es mas listo, quien te putea mas, antes de la cola es una guerra de guerrillas, escondiéndote del vecino plasta entre los pasillos, entre morcillas y quinoa, porque si te ve te va a dar la vara y encima tienes que hacer el camino con el hasta casa. Llamadme egoísta y asqueroso. Bueno, asqueroso no. Pero ellos también lo hacen.
Y en la cola, con el tío de las pipas y la coca cola, que hacemos, y piensas, ¿y si le dejo pasar.?, emmmmm, pero es que si le dejas pasar, no aprenderá nunca que el tiempo corre y es el mismo para todos. Además si le dejas pasar, se te echan encima, los famosísimos personajes de «me permites, es que solo llevo esto…» y así medio súper te coge la merecida tercera posición en la pole, y te pasan veinte por encima, desde el que lleva una barra de pan (podría ir a la panadería que esta enfrente, el imbécil), hasta el atontao que viendo la cola que hay entra a comprar un paquete de chicles, hay que ser muy tonto.
Esa tercera pole, que te ha costado sudores conseguirla, esquivar a jóvenes que miran lo que no van a comprar, a ancianos que no miran lo que compran, ratas que miran veinte productos, y se quedan con el primero que han mirado porque es un céntimo mas barato que el ultimo. ¡¡¡Un céntimo!!!. Que si miras que se ahorra en el total de la compra a una media de, pongamos, 3 céntimos por veinte productos por una media de 20 productos por unas dos veces por semana por 52 semanas, arroja un ahorro de 62 euros y en un año!!. Es una pasta, si se acuerdo, pero vamos que te los dejas en estar un total de casi trescientas horas danzando por el súper, dice días y medio !!!! Y oye, a mi entender lo único que vale mas que el dinero, es el tiempo.
Pero bueno, dejémos la elucubraciones para los tertulianos de le tele y sigamos…
Pues eso, con lo que cuesta ganar la tercera posición en la pole position oye, aunque hay una persona que siempre me gana, la Señora Joaquina, anciana encantadora de pelo blanco, sonrisa hermosa, 84 años y metro y medio de altura. Pues la Señora Joaquina entra a la vez que yo, coge su carro, me adelanta y la pierdo de vista, oye, cuando llego a la cola, esta delante de mi. Con el carro más lleno que el mío. Yo alucino. Un día la pillare para ver como lo hace…, oye, yo creo que entra con alguien o se mete algo, unas rayas, en la puerta del súper, si no, no lo entiendo.
– Hola señora Joaquina, que tal…
– Pues aquí hijo cada día peor de las piernas. – y me sonríe cándidamente -.
Que jodía la señora Joaquina… Mi sexto sentido me dice que me vacila, y el séptimo, esta totalmente seguro que me vacila. Días después, en los corrillos de al lado de la carnicería, me comentaron que era una asesina en serie, que mataba solo a funcionarios del estado. Me encanta esta mujer.
Pues nada, como íbamos diciendo, vamos con el de las pipas, oye, que se quede detrás con su bolsa y su mierda de coca-cola. Mira, si llevara un paquete de pañales, toallitas y demás enseres para bebés, le cedo la pole, al fin y al cabo he de cuidar a quien me va a pagar la jubilación. Pero con pipas y la Coca-Cola, no. Y por rata, menos. ¡¡Joder cómprate unos nachos, unas cortezas de cerdo o unas patatas gourmet y un vinito, joder!!. Nada, que ahí se queda.
Otra subespecie corre por allí jodiendo al resto. Son, los toca cojones. Este omnívoromongolo, es el que cree que las doscientas personas que están en la cola, están allí, de pie, para que les hagan un book de fotos y que les encanta estar de planton mirando lo que hace el gilipollas.
Estos son los que depositan la compra, mirando hacia todos los sitios por si acaso alguien le quita algo o peor, le pone algo en la línea de productos a pagar (he puesto linea, porque no se como se denomina el sitio). Son los que le preguntan el precio de algún que otro producto… ¡¡¡a la cajera/o.!!!
¿Pero somos tontos?
¡¡¡Si lo indica en el estante donde estaba.!!!
¡¡¡Vienes de allí, atontao.!!!
Y la cajera, estoicamente, lo pasa por el scanner, 0.50€ señora.
– Huy que caro, no, no déjelo…
La cajera como si le dice que le va a apuñalar con un tenedor en un ojo, coge el producto y lo guarda…
Y al fondo de la cola se oye…
– Ya lo pago yo coñooooo.!!! Ya se lo pago yo a la rata!!! Vengaaaaaaaa.!!!! La madre que la parió!!!
Y vigilan lo que la cajera pasa por el infalible scanner. Mirando la cuenta y pidiendo parciales. ¡¡¡Parciales de la cuenta.!!! Contando botellas, y sobres de embutido, que el mismo ha cogido. Y revisando la lista que le ha entregado la cajera. Dos veces.
Y todo ello, antes de pagar y guardar, o mejor al revés y/o al paso. Corriendo un peligro que desconoce, mas que nada, por que la gente espera y espera, se pone roja, y espera más de lo establecido en la ley de enjuiciamiento criminal y a alguien se le funda una neurona y salte por encima de todos y le agreda y despues le pegue.
De momento, yo no tengo conocimiento de agresiones físicas, pero si verbales.
Del verbo
– Como vaya para alla te lo voy a tirar todo a la puta calle. !! Pesao que eres un pesao.!!!
También andan por allí, los que intentan por todos los medios colarse como sea. Estos les llamo «los descuideros» . Son como controladores aéreos, siempre mirando al techo y girando la cabeza como un radar, para detectar a la victima, y al menor despiste se te ponen en un flanco e intentan cometer el delito… Su frase mas famosa, cuando le recriminas la jeta que tienen, es…
«Uy perdón, no me he dado cuenta, ¿estaba usted aquí? Que le debo» , dirigiéndose a la cajera y pasando de ti totalmente. Mas cara que un saco de sellos, este asqueroso personaje ha entrado mientras tú estabas en la cola, ha comprado cuatro cosas y ha salido antes que tu. Decidme violento pero una caricia con una Katana…
También otra subespecie, de desesperado, el running, spinig, fliking, folling, bueno el gimnasta. Que viene del gimnasio de al lado, todo sudado apestando, y con una botella de agua que ha comprado en el super, UNA SOLO!!! de 0.30€, que no se la compra en su gimnasio, caro de la muerte, porque vale 2.50€ y el tio o tia no para quieto en la cola, resoplando y mirando por encima de la gente, al paso que dispersa su «EAU de perfum de sobac» por toda la cola. Y a quien le mire le dice…
– Es que si me paro me enfrio..
– Nos ha jodio mayo, estamos en verano, el aire acondicionado, en modo tanatorio, tu no te vas a calentar ni aunque te pegue fuego. Que es lo que voy a hacer si no te estas quieto. Que me estas poniendo de los nervios.
Esta especie dura poco. Mueren jóvenes, o de pulmonía o por infarto.
Hay más personajes, pero ya me toca y estoy muy contento, se me saltan las lagrimas, después de casi toda la mañana en la jodida tienda. Es que me he perdido donde los jamones y no sabia salir. Y me ha socorrido un amable chico vestido de verde pistacho.
Me ha sacado de allí…
– Venga abuelo, se ha despistado eh?
Será cabrón, el cara sapo, como que venga abuelo, que le pasa a la gente, porque tenga barba canosa y 57 años no es para llamarme abuelo. Joder con los milenios.
Bueno, el super, ese submundo donde la sociedad, pierde los papeles, entre prisas, listos, los solos, desconfiados, ladrones de sobres de embutidos, vividores, trabajadores, gente, personas, encargados, cajeros, reponedores y ancianas asesinas.
Aunque allí todos comemos el mismo queso. El del Mercedes y yo con mi Ibiza.
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©Javier Sanchez 2020