Aquella noche eran quince, contando con Jesús y los dos camareros. Jesús quería una cena informal, algo como un picoteo, una papas bravas, unos vinitos y ya está. Pero uno de sus mejores amigos le dijo que tenía 30 monedas de plata que había conseguido en un bissnes y que él pagaba la mitad de la cena. A Jesús le pareció estupendo pues no andaba muy cargado de cash, vamos que estaba pelao y le iba fatal invitar a todos aquellos hombres que le querían tanto. Cuando estaban todos aposentados les trajeron la carta del menú del tabernum. Y como Jesús los conocía, sabiendo la que se podía liar, trato de adelantarse y leerles la carta del menu:
– A ver por favor callaos un momento y no grites tanto que nos van a pillar los romanos. Callaos un poquito de por favor que os voy a leer el menú.
– Yo quiero tortilla de gambas.
– A a ver Santiago, es un menú no es una carta, dejadme que os la lea por favor.
– Yo pan con tomate y jamón de jabugo. – dijo Tomás.
– Madre mía – dijo Jesús – ¿Os quereis callar un momento? A ver de primero hay Tostadas con embutido de la comarca… De segundo…
– ¿El pan es sin gluten?- Dijo Pablo.
– Oyes Jasús pues yo soy vegetariano – comento Lucas.
– Madre del amor hermoso – dijo Jesús- ¡¡Os queréis callar!! Que aquí cierran a las 10 y son las 8, ya verás como no echan como siempre. Sigo…
De segundo tenemos pescado del río…
– ¿Ya se ha mirado si tiene anisakis?
– ¿Y la prueba de si tiene mercurio? Que luego se muere la gente y no sabemos de qué.
– Yo soy alérgico a las sardinas.
– Oye mirad, que os den la carta del menú y apañaos con Asimov el camarero, me tenéis hasta los hue…
Después de calmar los mares y que cada uno pidiera al camarero veinte veces productos que no tenía se distendio la cena.
En un momento dado, después de un largo discurso Jesús les dijo, en broma para levantar un poco el ánimo.
+ Y ahora, voy a hacer un milagro, voy a convertir el agua en vino.
– Oyes Jesu pues el mío con casera.
– Yo con limónada pero que sea de Fanta.
-Yo no bebo, ¿hay cocacola o agua de Vichi?
-¿El vino que será tinto o blanco?
-¿Oyesme, qué no hay cerveza?
– ¡Échale canela, verás que puntazo! mano de santo.
-¿No hay ná de picoteo antes? Es que luego cojo la cuadriga y están los picoletum por los senderos.
A mi me iba a dar algo y pensaba para mis adentros interiores:
¿Estos son los que van a predicar mi palabra? Por favor, ayúdame padre, son buena gente pero es que me quitan la vida de verdad, no puedo con ellos.
Al final de la cena, Jesús tuvo que pagar los 120 sestercios que costaba la cena pues su amigo Judas se había pintado antes de acabar con la excusa de que tenía que ir al súper a comprar papel higiénico. Fue la última cena de los trece amigos.
© Javier Sánchez enero de 2023
Ríete con, no te rías de.