Actualmente hay muchísima protección a la infancia y me parece del todo correcto, hemos de proteger a nuestros hijos por encima de todo, pero en mi humilde opinion nunca, nunca hemos protegido a la niña más famosa de la historia: A Heidi.
Esta niña tuvo una infancia llena de problemas, lo que pasa es que, a mi entender, le daba a todo, barbitúricos, hachís y demás narcóticos y también hay que tener en cuenta que A Heidi la cuidaba un perro atontao y senil que era más ciego que un pez de goma, un abuelo igual de senil, que estaba todo el día diciendo tonterías y perdido por la montaña. Sus amigos, un niño llamado Pedro, pastor de ovejas y que se tiraba a la carrera por las laderas de las montañas comiendo moscas con la bocaza abierta y con un zurrón de pertoflauta okupa, no se le conocía casa ni padres ni nada. También una amiga, Clara, que iba en silla de ruedas, la pobre era paralítica, capítulos más tarde ya no, pero nunca se supo como realmente subía a aquellas colinas, yo pienso que nunca fue paralítica. También estaba ka jodía señorita Rotenmeyer más mala que un bocadillo de tofu y demás mala gente.
Como iba a estar cuerda y centrada aquella niña, que parecía que estaba todo el día fumada y además al principio se cada capítulo salía en un columpio gigante que no se sabía de donde colgaba, cálculo que volaba a unos cincuenta metros del suelo porque en la foto, que adjunto como «prueba 1A» se aprecia la punta del campanario de la iglesia.
Además, yo me pregunto señores del jurado ¿como se subía la niña a ese columpio? y peor ¿como bajaba de aquel columpio infernal? y más peor todavía ¿porqué estaba todo el día riendo? Es todo muy sospechoso. Por ello a partir de hoy iremos estudiando a todos y cada uno de los personajes que rodearon la vida de la pobre difunta María Jacinta Heidi.
La semana que viene más. Hay que proteger a nuestros niños y niñas.

© Javier Sánchez diciembre de 2022