Veintinueve años

Hola papá, hoy hace 30 años que te fuiste. Todos los días de mi vida te recuerdo, todos los días hablo contigo, de mis problemas, de mis risas, de mis llantos, de mis amores.

Padre, he necesitado todos los días, que estuvieras aquí, a este lado de la luz violeta y a mis 57 años cada día siento ese profundo vacío que me dejaste desde aquel terrible día, aquel martes de 1991, a las 10 de la mañana, cuando me comunicaron que decidiste ir a dar un paseo. Como hacías en vida, «me voy a dar un paseo» y yo me asomaba al balcón para ver cómo ibas de paseo calle arriba y mamá cogida de tu brazo. Esta vez fue un paseo largo, de ida.

Desde aquel día mismo, desde aquel martes, te siento siempre a mi alrededor, me da igual que nadie me crea, veo tu imagen y siento el olor de tu colonia. A dias, cuando estoy muy sensible, cuando todo me ha ido mal, siento hasta tu voz ayudándome a salir del atolladero. Este año has estado muy presente.

Hoy tengo una tristeza terrible, pues tengo miedo y no estás aquí, no estás aquí para darme la mano, como estabas siempre que algo sucedía, como cuando estuve tan enfermo, que pensabas que te quedabas sin hijo, no creas que no te vi sentado en mi cama, los ángeles tenéis eso. Tenéis ese aura que acompaña, que suaviza la vida de los demás.

Papa, creo que tantos años sin ti han socavado todo lo que yo entendía, nunca he podido superarlo. Y voy viviendo, si, lo hago como cualquier ser mortal, pero con un agujero en el alma, que nunca se me curó. Ni se curará.

Muchos dirán que tengo un problema psicológico, pero no es cierto, simplemente, que no es poco, te echo de menos.

Sigo tus lecciones de vida, aquel sentido del humor que te caracterizaba, sarcástico y loco, recuerdo nuestros diálogos extravagantes a la hora de la comida, que no dejábamos comer a mis hermanos ni a mamá, hasta que mamá se levantaba y nos llamaba la atención, entre risas.

– Ramón, y tú , queréis parar ya, que no hay manera de que nos dejéis comer.

Y aquello era peor, pues las risas se incrementaban.

Aprendí eso de ti. Tu nieto es exactamente igual que tú. A veces pienso que estás ahí, dentro de él. Aprendí, como tú nieto dice, «no se me ocurre nada más serio que hacer reír a los demás». Un genio del humor tu nieto, te lo aseguro papá.

Papá estamos pasando una época que tú no entenderías y que acabaría contigo, y no por la enfermedad, sino por la preocupación que tendrías por tu familia. Por tus cinco hijos. Algo que, por así decirlo, me alegra que no estés físicamente aquí, con 98 años no habrías podido con todo. Aunque piense, egoístamente, que daría lo que fuera por tenerte sentado en un sillón y cuidarte. Aunque eso es egoísmo solo.

Padre gracias por vigilar mi vida, por llorar por mi, por hacerme reír, por trabajar como un esclavo por todos nosotros, por no ir a un bar para no convertirte en lo que odiabas, por esas manos tuyas que curaban, por esa mirada que te atravesaba y te quitaba la fiebre y cualquier malestar, esa mirada que llegaba hasta dentro de mi alma, eras capaz de todo con tus manos y con esos ojos tranquilos.

Padre, te echo de menos. Cada día de mi vida. Gracias por darme todo y por tu vida junto a mi.

A Ramón Sánchez Mata
padre

De Javier Sánchez López
Hijo

19-3

Padre, todavía tengo un abismo en mi alma. El abismo insondable, espantoso, de tu ausencia. Al cual me asomo cuando la vida me maltrata, tratando de encontrar tu protección.

A días parece que me olvido de ti, pero solo es un parpadeo. Solo un parpadeo. Y vuelves a dirigir mi pensamiento.

Hoy, es que hoy, dia del padre, hace veintiocho años que te fuiste de paseo, despues de sufrir toda una vida de trabajos, de gentuza que exploto a un hombre bueno. Un paseo como aquellos paseos tuyos, con tu chaqueta, tu pantalón recién planchado, la mano izquierda en el bolsillo y andando junto a mama, pausado, mirando al cielo. Que pasaría por aquella cabeza, llena de problemas, de preocupaciones. Llena de amor por sus hijos.

Y se, que salias al aire, solo para pensar como podrías hacer para sacar adelante a tus cinco hijos. Tú que no tenias tiempo de dormir, salias a pasear con mama, para pensar como seguir viviendo en las epocas del infierno. Y volver, sonriente, pero con el problema sin solucionar.

Padre, papa, hoy tengo el alma encogida, muy encogida.  ¿Sabes? Es que tengo ya mas de cincuenta y todavía me haces falta. Todavía te necesito. Me hace falta un padre que me toque la mano y me diga que este tranquilo.

Daría la vida que me queda por poder hablar contigo un simple minuto. Solo un minuto, y decirte que te echo de menos. Que no es que te eche de menos, es que realmente siento el agujero en mi alma, que me falta el aire y mis lagrimas ruedan mientras escribo estas letras para tí.

Por eso intento mantener siempre y cada día tu memoria en la mía, aunque me olvide de nimiedades como el respirar. Gracias padre, porque aqui estoy, gracias a tí, con lo que sufriste para que estudiaramos. Lo conseguiste, estate tranquilo allá donde estes, lo conseguiste.

Tú nunca quedarás en el olvido. Tu hijo te lo promete.

©Javier Sánchez 2019

Gracias papá 

Esta mañana he estado en mi refugio al lado del mar. Ese lugar se ha convertido en algo sagrado. Allí voy cuando preciso tranquilidad. Mis pensamientos vuelan, hago mis planes, que luego no llevo a cabo. Pero desde hace casi un mes es mi refugio. Allí tengo mi otra alma, mi alma gemela. Que aunque no coincidimos físicamente , también anda por allí.

En uno de mis pensamientos he recordado a mi padre, me lo encontré, por allí paseando por mi mente.

No os equivoqueis, hablo con el todos los días. Su recuerdo perdura, y esta grabado en mi memoria, a pesar de que ya hace 25 años que se fue. Pero… es que nunca le he escrito, un agradecimiento, nunca he escrito quien fue para mi…

Gracias papa:

Me diste toda tu salud para que, hoy yo, estuviera aquí. Sentado en mi casa, escribiendote esto y no debajo de un puente.

Me diste tu salud para que aprendiera de la vida y de la gente, como tu decías.

– Javi, hijo, hay gente con clase y clase de gente.

Me enseñaste a cuidar de lo que amara. De apreciar la sensación de la vida, con las yemas de los dedos, a alegrar la vida a los demás.

Gracias papa, por decirme que tuviera cuidado, por que tu pensabas que era tu ángel y temias que me hicieran daño. Si, papá me han dolido muchos, mucha gente. Tenías razón.

Gracias por llorar en silencio cuando se me llevaron al ejercito. Y lo que sufriste al estar casi dos años fuera se casa.

Gracias papa, por no tocarme un pelo en toda tu vida. Con tu mirada ya sabia lo que tenia que hacer. Y no era miedo, era respeto y complicidad.

Gracias por parecer que no, pero siempre era que si.

Gracias por pedirme consejo tantas veces y gracias por enseñarme que a quien amas has de hablarle, mirarle como si fuera lo mejor que te ha pasado en tu vida nunca debes de callar un amor, a quien ames de veras, hablale y apoyale en todo, o nunca sabrá que le amas. Tú lo hiciste con mamá. Se palpaba. Gracias por decirme que no perdiera un amor, por difícil que fuera.

Siempre decías, habla Javi, siempre habla. Y sabes papa? Ahora no me callo ni debajo del agua.

Gracias por trabajar toda tu vida, por dejarte la piel por nosotros. Y tu salud.

Gracias por no llegar a final de mes y que no se notara.

Por querer en silencio, porque el trabajo te mataba. Y llorar a solas.

Por enseñarme a tener cuidado. A ser respetuoso, a pedir perdón o disculpas siempre. Me decias que ello indicaba el respeto hacia los demas y ganarías el suyo.

Sabes padre, creo que lo he conseguido casi siempre.

Gracias por enseñarme que lo mas bonito de uno mismo, es ser como eres, sin mas. Da lo mismo.

Gracias por decirme que hacer reír a quien quieres, es la mejor medicina y la mejor prueba de amor. A dar alegría y felicidad aunque por dentro te estés muriendo y rompiendo en mil pedazos.

Has de saber que tu nieto es igual que tu. Sin ningún atisbo de duda. La historia se repite. Le he enseñado bien.

Tú y solo tú me enseñaste, sin darte cuenta, todo eso. Y mucho mas.

Te fuiste un día, hace 25 años, y todavía estas a mi lado. Fuiste y eres lo mas grande que me sucedió

Gracias padre.

.

®Javier Sanchez Enero de 2016