Hoy es el día de la mujer, el día de las mujeres. Hoy es el día de mi madre, una mujer, la mujer que me trajo a este mundo, la mujer que me críó, me educó, la mujer que me defendía a capa y espada de todo lo que me hiciera daño, la mujer que me enseñó cuando cumplí catorce años a espabilarme por mí mismo son miramientos, la mujer que fregó escaleras, la mujer que hacia recados en la portería de aquella finca de señoritos del Poble Nou de Barcelona, la mujer que levantó de la nada a cinco hijos, la mujer que cantaba a las tristezas de la vida burlándose de ellas con música.
La mujer que me sonreía por las mañanas, la mujer de manos suaves con olor a jabón de casa.
La mujer a la que le encantaba escuchar a todo volumen a Staus Quo y Diré Straits mientras hacia más cosas de casa.
La mujer que lloró conmigo, la que se reía de mis tonterías, la francotiradora de zapatilla voladora.
La mujer que leia, la que devoraba libros, porque nunca le dejaron leer, que escuchaba música clásica como rebeldía a la estupidez y rock and roll para tocar las narices a las vecinas cotillas. Esa mujer a la que le costaba escribir y con esfuerzo aprendió… Como decia ella «De tanto leer he aprendido a escribir» Mujer, muy mujer de tanto revelarse contra todo y contra todos.
Esa mujer que me colmó a besos aquella noche antes de fallecer. Hoy es su día. El día de mi madre, que me dejó hace unos meses. Hoy es tu día mamá, el día de la gran mujer.
© Javier Sánchez marzo de 2024