Me pregunté.

Una vez me pregunté que por qué te quiero. 
Y hoy sigo preguntándome cuando desayunamos uno delante del otro.
Y muchas veces me he respondido, que simplemente te quiero. Y que no hay mas. O si… 

Aunque sé que esa no es una respuesta. Pero es que posiblemente no exista una unica respuesta al ¿por qué te quiero?
Amiga, amante, compañera, eso da igual.

Puede ser porque admiro tu ser interior y no lo que se ve a simple vista. Aunque parece algo tópico, pero creo que es verdad. Y es que eso sucede cuando amas y cuando amas intentas comprender lo que hay dentro del corazón de la persona amada, tú.  A pesar de nuestra juventud.

Cada dia.  Cada día, cuando amanecemos, lo pienso.

Y ciertamente no siempre lo consigo, pero rozo esa sabiduría.

Cada dia.  Cada día, cuando amanecemos, lo pienso.

Pues me propongo sentir lo que sientes a lo largo de tu dia, de tu noche, mientras duermes. De tu vida. Solo para ser más tú y menos yo para ser mas contigo. Para confundirme contigo. Para mimetizar mis susurros entre tu pelo cuando duermes a mi lado.
Aprendo de todo lo que tú eres, tu seguridad, tu sabiduría, tu sutileza, de tu gentileza, de tu amor y de la multitud de pequeños detalles que adornan tu vida. De todo ello. 
Y amo tu mundo oculto, amo tu mundo conocido, odio y, a la vez, admiro tu silencio, tus canturreos, tus miradas de soslayo.
Amo tu amor por la musica. El mismo amor por la musica que nos citó aquel verano ventoso.

Te quiero por lo que eres, pues eres mi guia. Aunque no me guies, amiga, amante, compañera, eso da igual. 
Porque eres mi refugio, y me encanta ser el tuyo, caliente y protegido del mundo.
Porque en ti encuentro la fuerza que necesito, para sentirme seguro y capaz de alcanzar el futuro incierto que nos espera,. nos queda mucho por vivir. Si es que existe de veras un futuro, aunque sea incierto. 

Y despacio, como se alcanza el cielo, te quiero, amiga, amante, compañera, eso da igual. 
Te quiero por el valor de tu espíritu. 

Y porque tú me enseñaste a sonreir desde el primer día cuándo llegaste al portal de mi casa la primera vez.
Nadie entendería el porqué. 

Sólo tú lo sabes y sólo yo lo se cuando nos miramos en el pasillo de casa, con una sonrisa.

Tu para alli y yo para allá. 


Javi
A Beatriz, 20 de agosto de 1987


©Javier Sanchez mayo de 2023

Una carta en un jarrón de barro

pluma-y-tinta-para-escribir.jpg

«Me invadió el sopor del amor, al conocimiento de aquesta realidad, que cualquier cosa que decidiere facer o proponeros a vos, mi bella dama, sublime rosa de jardines prohibidos, causare la más profunda de las heridas en mi ya débil alma.

Pero, ¿sabéis mi alba?, no puedo continuar con el seguido de los caminos de vuestra vida, perdiendo en los mismos la mía, que es vuestra, a sabiendas que en ningún tiempo de esta cruel vida, me amareis ni la mitad de lo que yo os amo a vos. Por ello, me abandono al desfallecer cual decrepito y enfermo anciano, a donde mi Dios me lleve y oculto esa dejadez al mundo, me nos a vos, para que sepáis mi luz que os amo y amare.

Signado en Guadalajara a diez y nueve de marzo del mil seiscientos ochenta y nueve»

Don Rodrigo de Loas y García

___________________________

Dicen que es una carta encontrada en un raído papel, dentro de un jarrón de barro, lacrado y atado en boca con una cuerda, en las ruinas de una casa en Guadalajara.

©Javier Sanchez 2020