Cosas de mi cuñado que me acortan vida.

Una vez, creo que fue mi cuañao, el supuesto ingeniero de cohetes, que en un arrebato ecologilipollista, en una cena de esas que hacemos por Skype, o zoom, discord, TeamSpeaker o todas esas mierdas para «socializar», que lo que hacemos es enseñar quien hace la comida más cara, que no la más buena. Vamos que me soltó con la boca llena de gambas y tirando perdigones a la cámara:
– Javi, «Debemos de pensar en cuidar este mundo, pues es el que dejaremos a nuestros hijos»

Y yo, para llevarle la contraria a mi cuñado, como siempre, le he dicho:
– Oye cuñao pienso mejor, (fijaros en la malicia de la frase), como profesor honorífico en filosofía y letras de la Universidad de Barcelona (tu no lo eres), que :
«Pienso que ¿No sería mejor pensar en que clase de hijos dejamos a este mundo.?»

Hubo un silencio de 5 minutos, solo se oía los cracs, worfm y demás onmatooeyas de mi cuñao zampando como si no hubiera un mañana, mi cuñada me miraba mal, mis sobrinas también, mi suegra no, ella ya quiere matarme hace años.
Y de pronto el lumbreras ingeniero de cohetes, dijo, el solito por esa boca llena de crustáceos y pan.
– ¿Más vino cuñao?

© Javier Sánchez mayo de 2021