Un mes después

Y llega un día, por sorpresa, amarga sorpresa, que alguien desaparece, se va de tu vida.
Llega un día, que hablas con tu compañero, con tu amigo, compañero de sufrimientos, de risas.
Y te llega del cielo un martillazo como una gran nube de tormenta y te confirman, falleció de manera fulminante.

No quieres, ni puedes entender que ha sucedido, aunque entiendes el mal pálpito que tuviste aquellos días y no hiciste caso. Y lloras, lloras desconsoladamente pues el era parte de tu juventud, de aquellas noches de cenas y copas, de aquellos años de duro trabajo, de nervios, de sufrimientos. Y sigues llorando recordando su paciencia, su bondad, su buen humor y lo digo no porque haya fallecido, es la verdad, el era así un ser bondadoso con una luz tranquila y pausada, que me proporcionaba la calma que precisaba.

Pero se fue, días después de hablar y compartir tonterías con él. Y recuerdas el silencio durante unas semanas, un silencio que acostumbrabas a respetar.

Pero… No fue así, Félix se me fue y lloro su perdida, lloro su bondad, lloro esa sonrisa perenne. Se me fue aquel compañero, aquel amigo, aquel que fue mi apoyo durante tantos años y del cual aprendí.

Maldita sea. Se me van todos, poco a poco. Compañero, amigo, Félix se que estarás sentado por ahí con tu sonrisa mirando como escribo esto. Gracias por haber pasado por mi vida. Siempre estarás en mi memoria y en mi alma.

Adiós amigo

Javier Sánchez mayo de 2023