Es curioso, de veras que no deja de ser algo curioso que nadie, jamás, reconoce las humillaciones que has aguantado, ni el sufrimiento que has soportado, ni las lágrimas, ni el miedo, ni la rabia engullida por sobrevivir a la mala gente.
Sólo ven el infierno que desatas cuando se te acaba la paciencia.
Javier
Que gran verdad!!
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totalmente de acuerdo Javier
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La procesión va por dentro decía mi tía.
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Ciertamente
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Arta de aguantar, explotas y te oyes al vecino que te dice:
Chica, ¡qué poco aguante que tienes!
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Muy cierto!
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Tan cierto!!! pero aveces permitimos tanto que nos olvidamos de nosotros mismos.
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Así es.
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